Ernesto pudo haber quedado ciego, pero ahora puede seguir trabajando y mantener a su familia.

Ernesto celebró recientemente su sexagésimo séptimo cumpleaños. Dice que, como diabético de por vida, cada cumpleaños es una bendición.

Este año, Ernesto pudo ver la celebración. La diabetes causó estragos en su cuerpo, desde la vista hasta los dientes, la función cerebral y mucho más. Con su diabetes fuera de control después de huir de Venezuela hace varios años, Ernesto recurrió a Church Health. El glaucoma y las cataratas en ambos ojos eran tan graves que no podía conducir, e incluso se cayó por las escaleras de su propia casa porque no podía verlas. “Cuando tu cuerpo no está sano, no puedes pensar en nada más. Todo está mal."

Con el apoyo de donantes generosos como usted, Church Health pudo operar ambos ojos de Ernesto, tratar el glaucoma y extraer las cataratas. Ahora usa un par de anteojos muy atractivos, y no solo puede conducir, sino que también puede ver las caras de su esposa, hija y nieta. Él dice: “Creo que todo es excelente en Church Health. Todos se dedican a servir… Todo lo hacen con esmero y entusiasmo por servir. Eso es lo más importante. Ernesto dice que con la atención que recibe de Church Health, puede trabajar un día de 14 horas y sentirse muy bien.

Ernesto está abrumado por la gratitud por su generoso y continuo apoyo. “Quiero agradecer a todos los que me han ayudado a mí y a mi familia. Nunca podría pagarte. Espero que Dios te bendiga.”

Obtenga más información: churchhealth.org/clinicalservices/eye